La mayoría de las personas nacemos con un peso bastante
normal, por lo general, vamos ganando kilos extras a lo largo de la vida. En
estos tiempos, la obesidad se ha convertido en un tema no menor, ya que las
estadísticas señalan que existe un alto porcentaje de personas que están
pasando a engrosar la lista de los que tienen sobrepeso u obesidad. Pero, ¿por
qué vamos incorporando peso con los años?
Esta es una pregunta que cada vez más personas se pueden
hacer y también existen muchas respuesta a la misma. Lo más común es escuchar
que la ingesta alta de comida o de una dieta desequilibrada es la responsable
de aquellos kilos demás. Sin embargo, todos conocemos personas que pueden ser
muy buenos para comer y nos sorprende que sean delgados y con un peso normal.
Esto deja en evidencia que no solamente se trata de comida.
Existen varias razones por las que vamos incorporando peso,
pero todas pasan por las emociones relacionadas con la protección. Las
respuestas emocionales a la interacción con otras personas tiene un efecto
directo sobre nuestro peso corporal. El aumento de la capa de grasa se
relaciona directamente con la necesidad de querer sentirse protegido y en forma
simbólica buscamos la manera de cubrir aquella necesidad con la grasa que se
acumula en el cuerpo.
Si tienes un peso más elevado
del que corresponde a tu talla, comienza a darte cuenta de que no estás
siendo completamente libre de la opinión de los demás, especialmente en lo que
se refiere a querer sentirte a salvo y que toda terapia que tiene el objetivo
de hacerte bajar de peso, tendría que orientarse a trabajar ese tema en ti.
Si tu peso te incomoda, es porque claramente estas teniendo
una respuesta emocional errada o exagerada frente a las circunstancias que
pueden atemorizarte o hacerte sentir mal. Es evidente que aprendiste un modelo
de respuesta que no es el más adecuado o insuficientemente alineado a lo que
eres verdaderamente. Sin darte cuenta aceptaste aquellos modelos que no te
corresponden, porque ningún ser humano tiene derecho a sentirse más
desprotegido o en riesgo.
Siendo aun pequeños, aceptamos sin filtro, los modelos que
vemos en los adultos que nos rodean. Afortunadamente podemos comprender cuales
son aquellas ideas y aquellas emociones que no favorecen el perfecto
equilibrio. Estas ideas y emociones tendrían que alinearse bajo el dominio de
tu ser espiritual para que puedan encontrarse en equilibrio. Si nos alejamos de
este equilibrio, observamos los resultados en el peso del cuerpo.
La mayoría de las personas aumentan su peso con los años y no
son los años acumulados los responsables de esto, sino, la acumulación de emociones. Las personas
mayores tienen la tendencia a ir almacenando experiencias complicadas que no son
comprendidas en profundidad y las emociones asociadas a estas experiencias son
las responsable del aumento de su peso. Los niños o jóvenes con obesidad son
aquellos que a su corta edad ya cargan con suficientes cantidad de energía
estancada por modelos de respuesta a su medio aprendidos de sus padres o de los
adultos que los rodean.
El mejor tratamiento para la obesidad consiste en la
introspección guiada para dar luz a aquellas zonas que se encuentran temerosas.
Estos tratamientos tendrían que sostenerse en reforzar el valor personal, en el
reconocimiento de los derechos divinos de cada cual y en el amor a sí mismo.
Me es muy extraño observar que tantos tratamientos para el
sobrepeso se encuentren basados en la culpa y motivados por la vergüenza. Por
lo general, se estimula a un obeso para que haga extremos esfuerzos en
controlarse y en sacrificarse para lograr dejar de comer o de exigirse con
pesadas rutinas de ejercicios. Se utiliza estrategias que son justamente los
motores de la creación de la obesidad y no es extraño que los resultados de
tales iniciativas tengan un muy bajo porcentaje de éxito. En la TV se presentan programas dedicados a
este tema donde se desafía a las personas a utilizar su fuerza de voluntad para
lograr algo que les resulta muy doloroso.
La obesidad requiere atención, requiere comprensión, requiere
entendimiento y por sobre todo requiere honrar a ese ser humano que está en
camino a lograr su equilibrio espiritual, de su mente y sus emociones.
Nadie necesita ser presionado y menos una personas que ya se
ha sentido así por tanto tiempo. La presión que la misma persona se ha ido
generando, hace que el problema siga en aumento en vez de retroceder. Un
acercamiento a las solución definitiva pasa por comprender qué es en definitiva
lo que esa personas teme y demostrarle
que se encuentra a salvo y libre para que lo acepte en su corazón.
Patricia González.
Tu Coach para
realizar los cambios que deseas