martes, 18 de octubre de 2011

Atrapado en la depresión



Cando entramos en estados depresivos dejamos de ver la vida tal como es, para adéntranos a una realidad mental falsa, que por ser falsa causa mucho dolor. Cada vez que nos alejamos de la verdad sufrimos. Nadie quiere encontrarse allí por decisión consciente, pero a veces el camino se nos pierde y penetramos las tinieblas donde no hay luz, donde reina la más absoluta oscuridad, donde nos sentimos solos, llenos de impotencia y sumidos en la más profunda desesperanza.

Los caminos para llegar a la depresión pueden ser muchos, pero la salida es solo una. El camino de regreso a la luz puede ser largo, pero vale la pena intentarlo. La depresión  es un estado que no nos corresponde, genera mucho dolor a nuestro alrededor.  Nada que no sea de la luz  o del amor nos pertenece y solo está en nuestras manos la solución, porque el padre ha  dispuesto los mecanismos necesarios y suficientes como para que cualquiera que lo decida pueda volver a vivir. No depende de Dios, él ya hizo su parte, ahora falta solo la tuya. Él no puede hacerlo por ti y nunca te obligará. Eres libre, libre se soñar lo que quieras soñar y eres honrado en tu libertad.

La depresión es un viaje inconsciente, pero voluntario. Es un viaje hacia las profundidades del ser que se ha habituado al hecho de vivir en oscuridad.  La persona que ha tenido experiencias traumáticas fuertes o experiencias traumáticas reiteradas, en su infancia o en vidas pasadas, ha aprendido esa manera de reaccionar frente a las situaciones que le complican, bajando los brazos en vez de empoderarse y visualizar la salida. Evidentemente, que antes de aprender a bajar los brazos, lo ha intentado todo. Sin duda, ha pasado por los reclamos, por la queja, por ataque y por el escape y nada le dio resultado. Las situaciones fueron más fuertes que su valor interno.

Una persona que aprende a decaer frente a los desafíos de la vida, va haciendo un camino hacia abajo en la escala vibracional, el punto vibracional mas bajo que puede alcanzar una persona. Cada vez se le hace mas cuesta arriba salir de allí, se va quedando atrapada bajo una maraña de pensamientos y sentimientos que cada vez son mas pesados, haciendo que la luz ya casi no se vea. Sus ojos se van cegando a tal nivel, que hasta ve con menos intensidad los colores. La vida se va volviendo  en blanco y negro, tal como los sucesos de su vida. Con el tiempo, cada pequeño desafío se vuelve una montaña que amenaza con caerle encima. Comenzará a evitar interrelacionarse  con las demás personas y comenzará a evitar la experiencia de nuevos sucesos, por el riesgo de encontrar más y más inconvenientes. Lo único que  la persona desea es estar sola para descansar de los miles de riesgos que ve en cada paso que da y se va inmovilizando, se va quedando cada vez mas encerrada.

Ahora viene la pregunta ¿como salir de allí?
La persona que no está habituada a escudriñar su mente y observase a si misma, tendrá que buscar ayuda de otras personas que puedan tomar su mano para sacarla a la luz. La persona que comienza el viaje de revisarse interiormente y que se encuentra en estado de depresión, puede llegar a perderse un poco mas antes de lograr la salida. Esta puede ser una experiencia muy pesada que seria mejor realizarla guiada. Algunas personas contemporáneas, que ahora nos deleitan con su sabiduría, despertaron del diabólico sueño de la depresión de un momento a otro. Sea como sea, el camino de regreso está asegurado por esa fuente de amor que nos creó y no importa cuanto demoremos, todos vamos a llegar tarde o temprano de regreso a la luz.

El viaje de la vida, se trata de descubrir donde está la luz. No hay nada grave en la depresión, solo el terrible dolor que nos causa. En niveles superiores hemos querido experimentar estar lejos del amor, soñar que podemos alejarnos, sentir el  dolor,  separarse de la luz. Pero el regreso espera por nosotros siempre y las puertas esperan abiertas para recibirnos en cualquier momento de nuestra existencia.

Presos de la depresión, no creemos que exista salida y tendremos que comenzar a desarmar cada monstruo que creamos en nuestra mente. Si no decidimos volver de una manera instantánea, dejando definitivamente a mente fuera de contexto, tendremos que caminar todo el camino de regreso, enfrentando a cada uno de los monstruos que construimos mirándolos cara a cara, para decirles: ya no te temo, sé que no existes, ya no me asustas, te dejo en paz y voy en paz.

Para llegar a decir estas palabras habrá que utilizar el consiente para que vuelva  a programar el subconsciente, donde se guarda el mecanismo de respuesta que no nos ha llevado a ninguna parte mas que al sufrimiento y al dolor profundo. Por medio del consiente, podemos volver a reprogramar fácilmente, pero con paciencia, a la mente acostumbrada a tales mecanismos. 

El depresivo que se dispone a volver, tendrá que recordar grandes verdades que ha olvidado casi por completo. Él ya no recuerda que el amor existe, ya no recuerda que Dios desea su bien, ya no recuerda que es invulnerable a cualquier situación o persona que pueda afectarlo, no recuerda que es hijo de un padre amoroso que le dio toda la dicha que le corresponde por ser quien es, ya no recuerda que no corresponde sentir compasión de si mismo, ya no recuerda que tiene todas las facultades de Dios y que es tan grande y luminoso que pude brillar con su propia luz. Se ha olvidado de todo, de todo o de casi todo. No puede haber alguien que haya olvidado más que un depresivo. Ya no recuerda que es co-creador con el padre, que puede usar sus poderes espirituales, ya no recuerda que los tenga siquiera.

Cuando comience a recordar llorará, pero llorará de alegría y reconocerá que estaba perdido, confundido, solo y sediento de amor. Comprenderá que él mismo se había permito crear ese inmenso telón que le borro la verdad, agradecerá volver a la vida y ya no deseará volver a la oscuridad nunca mas. No será un escaparse, será un regreso voluntario, tal cual como fue su viaje de dolor.

Y no tan solo no querrá volver, sino que, no podrá volver. Habrá tomado su varita mágica y habrá hecho desaparecer las ilusiones del infierno que lo tenían atrapado que ya no existirán nunca mas para él. Se quedará con la integración de la oscuridad en su propia luz dentro de su ser y bailará la dicha eterna del padre.

 Con su luz habrá iluminado esa inmensa oscuridad que desaparecerá frente a sus ojos para siempre. Comprenderá que fue un sueño, lo honrará y hasta lo amará.

Patricia González.
Tu Coach para realizar los cambios que deseas:  patricia@yovivo.cl

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2 comentarios:

  1. Como le hago para convivir con una persona con depresión y ayudarlo

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  2. Hola
    Entiendo tu pregunta porque no es facil vivir con una persona con depresión. Es importante considerar que esa persona tendrá intereses totalmente diferentes a los demas, en vez de salir preferirá descansar, en vez de escuchar gente que se rie preferirá no escuchar risas.
    Lo mas importante es poner atencion a lo que necesita. Sus necesidades serán muy particulares, pero son muy importantes. Generalmente son actividades muy sencillas, como levantarse mas tarde, descansar mucho, leer, mirar el cielo o cualquier otra cosa. Es importante apoyar a la persona para que haga lo que necesite y favorecer ese tipo de actividades hasta que encuentre mas estabilidad.
    Un abrazo
    Patricia

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