Cuando vemos a una persona que se
encuentra profundamente dormida a causa de una sedación médica, pensamos que
esa persona no siente o que reposa sin actividad. Pero mientras el cuerpo duerme,
existe una parte de nosotros que sigue viviendo experiencias y en plena
actividad.
La sedación permite que el cuerpo físico
se duerma y se relaje profundamente. Dependiendo del caso,
la persona puede o
no dejar de sentir por completo lo que sucede a su alrededor. En algunos casos
y en algunos momentos de la sedación, los sentidos pueden mantenerse levemente
y la persona puede ser capaz de responder a estímulos externos como la cercanía
de sus seres queridos, sus voces y el tacto.
Cuando la persona se encuentra profundamente
sedada, puede dejar de sentir por
completo su medio externo y su consciencia se traslada a un nivel diferente al
que estamos los demás. Al no interactuar con el medio externo, se centra en su
realidad interior mas profunda. Y es allí donde comienza a vivir su propia
realidad interna.
Literalmente, una persona puede ir al
cielo o al infierno, dependiendo de cómo se encuentre su estado interior. He
sabido del caso en que un joven vivió las experiencias mas horribles que
podamos imaginar, mientras otras personas han contado que se han desenvuelto en medio de los desafíos
cotidianos que hasta el momento le eran apremiantes
.
Durante la sedación el mundo interior
cobra vida, se hace presente de manera exclusiva y lo que experimentamos
depende del nivel de conciencia de cada persona. Al no existir el filtro de la
razón, aflora lo que yace dentro, se deja ver el estado de paz o de angustia
que cada cual tiene hasta ese momento.
Imagina que te adentras en una
meditación profunda y te encuentras con aquellas cosas que te han dolido en el
pasado y que aun no has podido sanar o sobrepasar en tu vida, sin que sea
posible salir de ese estado para desviar la vista y descansar. Esto te da una
idea de lo que podríamos sentir al experimentar una sedación mientras llevamos
tantas cosas pendientes.
Los médicos dicen que la mayoría de
las personas que se recuperan y que comienzan a volver a despertar después del
efecto de la sedación, lo hacen de manera violenta. Quizás esto nos diga que la
mayoría de nosotros lleva dentro muchas historias dolorosas que aun se
encuentran sin sanar, alterando la paz mental, emocional y espiritual.
Hay una parte de nosotros que sigue
despierta aun si nuestro cuerpo físico está durmiendo y corresponde a nuestra
consciencia. Nuestro estado de conciencia nos acompaña con cuerpo o sin él. Las
experiencias terrenales de la tercera dimensión pueden hacernos distraer y
olvidarnos de alimentar y elevar nuestra consciencia con alimento nutritivo
para el alma. Nuestra alma requiere cuidados y atención. Es una parte de
nosotros y quien sabe si sea lo mas importante de alimentar.
A veces la
vida te presenta situaciones difíciles de superar para ti, en las áreas de
salud, económica y/o relaciones. Sabes que estas situaciones las creas tú, pero
hasta la fecha no has podido comprender, como es que las estas creando, no
encuentras una salida y te gustaría que alguien pudiera ayudarte a ver como
salir de allí.
Patricia González.
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