El cuerpo físico siempre nos está
enviando mensajes respecto a cómo estamos alineados con lo que realmente somos.
El mensaje puede llegar en forma de cansancio, ansiedad, depresión o también
directamente con la afección de un órgano del sistema biológico.
Cuando se afectan los órganos del
cuerpo físico, ya sea por enfermedad o por un incidente, estamos recibiendo un mensaje relacionado
directamente a la función que cumple el órgano en cuestión. De esta menara,
cuando afectamos un órgano del cuerpo es fácil detectar cual de todas las
funciones biológicas pensamos que se encuentran en riesgo en este momento en
nuestra vida y podemos hacer algo al respecto. Por ejemplo, si nos sentimos muy
abrumados y asfixiados en un ambiente con relaciones toxicas, podemos sufrir de
asma.
Cuando estamos afectados con
resultados que tienen influencia en el ánimo o vitalidad, sin afectar los
órganos del cuerpo directamente, es posible que el mensaje se relacione más con
cuestiones existenciales que se encuentran reconocidas conscientemente a nivel
mental. La enfermedad biológica no se manifiesta porque la problemática queda
retenida conscientemente en la mente. Así, la misma persona que está en medio de
relaciones toxicas puede manifestar depresión y no asma.
Últimamente la ciencia ha avanzado
mucho en la investigación que explica cada una de las enfermedades relacionadas los pensamientos que albergamos en la mente. El libro de Louisa L. Hay “Sana tu
Cuerpo”, nos entrega importante información de este tema. Sin embargo, podemos
reconocer que aun leyendo el valioso contenido que tiene esta información, se nos hace difícil llegar
a dimensionar que nuestra enfermedad es realmente creada por la propia mente y
las ideas erradas que tenemos sobre nosotros mismos.
En estos tiempos se sabe mucho de
este tema en forma abierta, pero aun es muy poco utilizada a nivel de los
consultantes y de la medicina actual.
Los médicos, en su gran mayoría, aun no asumen que la mente tenga este poder de
crear la enfermedad. Cuando un paciente va a una consulta médica común, con
frecuencia su enfermedad es diagnosticada como que la persona tiene esa
condición, o sea, si tiene alta la glicemia (alto nivel de azúcar en la sangre)
el paciente se convierte en un diabético. En realidad hay una gran diferencia
cuando podríamos afirmar que esa persona con altos niveles de azúcar en su
sangre tiene en ese momento la condición de diabetes, pero que no se ha
transformado en un diabético.
Esta sutil pero enorme diferencia
podría separar lo que es una condición del momento con una condición
permanente. Cuando una persona es diagnosticada con el nombre de la enfermedad,
se pueden cerrar las puertas a su sanación. En estos casos la mente puede jugar
en contra de su claridad para buscar las soluciones, lo que hace decaer el
sistema inmunológico que es el sistema más importante de sostener en ese
momento.
Si la persona que busca su sanación
deja de llamarse paciente (que se relaciona mas con una víctima de una
enfermedad) y pasa a ser un consultante o cliente que entiende y comprende que
su diagnostico es una condición temporal, sale de la consulta con una gran
tarea en su mano: descubrir cuál es esa patrón mental que crea su enfermedad
para cambiarlo. Si la persona sale de la consulta con un diagnostico que lo
transforma en un enfermo, se debilita su poder para encontrar la sanación.
La mente es muy fácil de engañar y
por eso se debe tener la precaución de concebir la posibilidad cierta de que
solo se trate de un estado temporal que puede modificase en cualquier momento
con cierta introspección o con la ayuda adecuado según sea el caso. Algunos
científicos ya han demostrado que todos presentamos muchas enfermedades que a
veces llegan a manifestarse y que luego desaparece sin haber sido advertidas y
otras permanecen en estado latente hasta que se den las condiciones para que lo
hagan. Si un diagnostico nos encierra en una enfermedad X, la persona tiene la
tendencia a quedarse allí sin esperar salir de esa condición.
Para evitar todo esto, sería más
conveniente que nos informemos de cuáles son los patrones que crean nuestra
enfermedad en el menor tiempo posible para revertirla, en vez de que nos
quedemos con el diagnostico y busquemos quien nos pueda quitar la enfermedad. O
sea, resulta más adecuado la educación respecto a este tema, que un sistema de
salud muy bien implementado.
Si ya existe mucha información que
explica la creación de nuestras enfermedades, podríamos sacar más partido a
ella y gastar menos tiempo y recursos mientras buscamos ayuda externa. Toda
ayuda médica, con fármacos y otros, pueden ser un muy buen soporte para
mantenernos en mejor estado, pero no somos dependientes de estos para sanar.
Un diagnostico medico puede hacer
estragos en una persona si esta no comprende en profundidad lo que eso
significa y cuando el diagnostico informa que se trata de una enfermedad
genética, los estragos pueden ser aun mayores. Podemos comprender que los genes
son perfectamente modificados por nosotros corrigiendo los patrones que
heredamos de la persona que tenía esa enfermedad con anterioridad. Los genes no
son más poderosos que nosotros y nuestra conciencia. Solo nuestras ideas
erróneas sobre nosotros mismos pueden permitir que una enfermedad nos consuma y
nos mantenga prisioneros.
Si reconoces tu poder ninguna
enfermedad te podrá acompañar por mucho tiempo.
Patricia González.
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Buenas,
ResponderEliminarMis felicitaciones por el post en particular y por el blog en general. Muchas gracias por compartirlo.
Gracias Alicia. Me alegro mucho cuando me entero de que mis palabras colaboran a nuestro bienestar. Gracias por escribir. Patricia.
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