No puedo negar que cuando leí la
frase “aprende a sanar” por primera vez me pareció muy extraña, me daba la
impresión de que no era tan sencillo decirle a alguien que aprendiera a sanarse
a si mismo. Pero al pasar el tiempo me he dado cuenta de que estas palabras
dicen una gran verdad a la cual nos estamos acercando cada día más.
Por mucho tiempo hemos pensado que
sanar es algo que alguien tiene que hacer por nosotros. De alguna manera, al
enfermar, comenzamos a buscar quien nos pueda ayudar a conseguir recuperar la
salud. Muy pocas veces reconocemos abiertamente que nosotros tenemos la
capacidad absoluta para hacerlo.
Además, por mucho tiempo hemos
confundido la idea de sanar con superar los síntomas o con extirpar el
problema. Como no estamos recordando la habilidad que tenemos para alinear las energías,
al momento de enfermar, comenzamos a buscar quien nos pueda ayudar a hacerlo.
Pero no buscamos precisamente a quien
nos ayude a recuperar el equilibrio perdido, sino, buscamos a alguien que pueda
hacerlo por nosotros.
De esta manera, muchas veces nos
sucede que deambulamos de medico en medico, de medicina en medicina, de sanador
en sanador, de terapia en terapia, sin poder encontrar la solución a nuestros
males. Es posible que al no encontrar las soluciones a nuestros problemas de
salud, digamos que todas estas personas o los recursos que estamos utilizando
son deficientes, imperfectos, impropios y lleguemos a desmerecerlos.
En realidad, podríamos concluir, que
cada uno de estos caminos tiene su propio aporte y que no podemos pedir más de
lo que le corresponde a cada cual. Algunos ejemplos pueden ser: Los médicos
tienen muchas maneras maravillosas de ayudarnos, nos pueden dar un diagnostico
certero, pueden describir lo que esta sucediendo y nos solicitan los exámenes
adecuados, entre tantas otras mas. Las medicinas nos ayudan a contrarrestar las
molestias (aunque a veces los efectos secundarios son muy dañinos). Mientras
las terapias y terapeutas nos pueden ayudar a descubrir los patrones que crean
nuestra enfermedad, entre otras tantas ayudas.
Cada recursos tiene algo para
aportar, pero en definitiva nosotros somos en ultima instancia quienes
permitimos la recuperación y sanación. He sabido de casos en que los médicos se
han visto impedidos de salvar la vida de una persona en condiciones totalmente
posibles, mientras también se han producido sanaciones milagrosas en otras
personas que estaban desahuciadas y que no se han podido explicar
científicamente.
La última palabra siempre estará en nuestras
manos. Todo lo demás son los medios que podemos utilizar, pero en definitiva,
la decisión de sanación está siempre en nuestro poder. Sea de forma consciente
o inconsciente, podemos enfermar y podemos sanar gracias a nuestra
determinación.
No está muy lejos el día en que practiquemos
abiertamente nuestras habilidades para sanar. Posiblemente lleguen a existir
algunas instancias donde aprendamos a dominar el arte de descubrir nuestros
patrones mentales y emocionales que generan las enfermedades y dejemos de
utilizar los medios que por ahora se hacen tan indispensables y necesarios.
Podemos comenzar por reconocer que tenemos
esa habilidad, podemos hacernos cargo de nuestro activo papel en la creación de
la enfermedad y abrir la mente a la posibilidad de aprender a utilizarla para
sanar.
Toda enfermedad es creada por alguna
desalineación de la verdad y la dedicación de dominar el arte de sanar nos
asegurará la grata recompensa, además de recuperar la salud, de alinear
nuestros pensamientos y emociones a la verdad y el amor, consiguiendo un estado
de mayor plenitud y felicidad.
En definitiva el amor sana. Cuando
nos acercamos mas a la verdad del amor nuestra enfermedad desaparece porque el
vivir en el amor significa vivir en perfecto equilibrio energético, donde la
enfermedad no es posible. Si tomamos nuestra enfermedad como una gran
posibilidad de crecer, desarrollarnos y alcanzar un mayor grado de conciencia y
sabiduría, conseguiremos dos objetivos al mismo tiempo: amarnos más y amar más
a los demás.
Cuando aprendamos a sanar también
aprenderemos a amar y la primera persona a la que podremos amar
incondicionalmente será a nosotros mismos. Luego vendrán las demás.
Coach
personal para alcanza tu
bienestar y objetivos personales
Sesiones programadas
de 1 a 12 meses.
Puede realizarse en
forma presencial o virtual
A veces la
vida te presenta situaciones difíciles de superar para ti, en las áreas de
salud, económica y/o relaciones. Sabes que estas situaciones las creas tú, pero
hasta la fecha no has podido comprender, como es que las estas creando, no
encuentras una salida y te gustaría que alguien pudiera explicarte como salir
de allí.
Patricia González.
Tu Coach para realizar los
cambios que deseas
Recibe artículos de salud en tu
correo electrónico suscribiéndote al Blog: http://saludyovivo.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario